TRES SALSAS PICANTES

 

SALSA DE JITOMATE
Poner en un comal o plancha de hierro, o bien una sartén vieja, todos los ingredientes menos el zumo, todo lavado, seco y sin pelar. Ir dándoles vueltas a todas las verduras hasta que se les vaya churruscando la piel, poniéndose muy oscura. Hay que cuidar que guarden los jugos dentro, necesarios para la salsa. Entonces, ir retirando lo más churruscado –primero se churruscarán los chiles y los ajos, luego la cebolla y los tomates– pelarlo y echarlo en un mortero o una batidora para triturarlo a medias. Termina con un chorrito de zumo de limón. Pica bastante.
SALSA DE TOMATILLO
Hacerla igual que la de jitomate, pero con tomatillos, unos tomates verdes pequeños, que son ácidos. Es muy difícil sustituirlos, casi imposible. Los tomatillos de lata tampoco son muy buenos. Se puede hacer con unos raf muy verdes y añadir bien de zumo de limón. No es en absoluto lo mismo, pero si no hay más remedio …… Pica bastante.
SALSA DE CHILE DE ÁRBOL
Retirar las semillas y el rabo a los chiles de árbol. Tostarlos en la sartén sin nada o el comal con los ajos y un poco de cebolla, poco. Luego triturar todo con algo de agua y una pizca de zumo de limón. Pica mucho.

Cada una de las salsas tiene su aroma característico. El limón es de mi invención, por lo que se puede eliminar. Las salsas se ponen en el centro de la mesa en unas salseras diminutas y con unas cucharitas pequeñas. Se prueban sobre tortillas bien tostadas o fritas, rígidas y crujientes.