TOMATES ASADOS CON QUESO FRESCO

Se puede hacer con queso fresco estilo Burgos o con queso en salmuera, de Alicante o Málaga, por ejemplo.
Cortar o partir el queso en trozos regulares y echarlos en un cuenco. Pelar y partir al medio los dientes de ajo y añadirlos al cuenco junto con un tallo de una de las ramas de tomillo, 2 hojas de laurel y un poco de orégano. Regar con el aceite y dejar en reposo mientras se preparan los tomates.
Encender el horno a 200º C. Preparar sobre la bandeja del horno un lecho con la mitad de las hojas de laurel. Lavar los tomates, secarlos y cortarlos al medio. Colocarlos sobre el lecho de hojas de laurel. Salpimentarlos un poco y esparcir por encima las ramas desmenuzadas de tomillo y las flores de orégano. Cubrir con la otra mitad de hojas de laurel e introducir en el horno. Al cabo de 12-14 minutos, bajar la temperatura del horno a 100º C o a 125 si se quieren los tomates más secos. Prolongar el asado de los tomates hasta completa 1 hora o un poco más. Sacar del horno y dejar templar. Descubrir los tomates, retirar los restos de las hojas y pasarlos a una fuente, para ponerlos en los bordes.
Retirar del queso las ramas y hojas, el ajo si se desea –se puede dejar si a alguien le gusta–y pasarlo con una cuchara al centro de la fuente. Regar los tomates con el aceite que quede en el cuenco. Servir enseguida con buen pan rústico y ……. un vinito blanco fresco o una cerveza helada.
NOTA: Para que no queden pegotes negros en la fuente del horno puede ser útil colocar debajo del lecho de hojas de laurel un papel de horno.