SOLOMILLOS DE CERDO CON OREJONES Y PIÑONES

Meter los orejones en agua la víspera para que se hidraten o unas horas antes si no están muy secos. Escurrirlos.
En una cazuela con 3 cucharadas de aceite a fuego vivo, saltear los solomillos bien salpimentados por todas partes hasta que estén dorados. Los solomillos no deberán estar en la cazuela amontonados, pero tampoco muy separados, más bien juntos, aunque no revueltos. Meter 3-4 orejones en la cazuela cuando esté la carne a medio dorar, para que adquieran un poco de color. Una vez todo bien sofrito, remojar con el vino y dejar que se reduzca. Añadir los clavos, la tira de piel de limón y el agua poco a poco, según se vaya consumiendo el líquido, sin que nunca la carne esté nadando en líquido. Es el proceso de todos los asados de cazuela, que no estén demasiado juntos ni demasiado separados y que se añada el líquido poco a poco. Según el tamaño de las piezas estarán hechos en 12-15 minutos
Retirar la carne de la cazuela, dejarla reposar sobre una tabla 3-4 minutos antes de cortar, mientras se termina la salsa pasándola por el chino o colador y probándola de sazón.
Mientras se termina la carne y reposa, dorar los orejones y los piñones en una sartén, con las 2 cuch. de aceite restantes.

Servir todo junto.