SALSA DE TOMATE CRUDO CON COMINO

Es la salsa perfecta para hacer bien avanzado el verano, cuando los tomates están bien llenos, rojos, duros y sabrosos. Acompaña muy bien toda clase de platos de verduras, legumbres, pasta, carne o pescado calientes o a temperatura ambiente. Es rápida y fácil de hacer, sabrosa. El agraz, acidificante de platos de la cocina española durante siglos, le da un toque mágico más moderado que el propio vinagre. No tiene un solo pero.

Rallar los tomates ya lavados, pero sin pelar, en un rallador de esos de cuatro caras puesto sobre una tabla o plato grande, por el rallador de paso más grande. La piel se irá quedando fuera del rallador y solo caerá a la tabla la pulpa rallada. Dejar escurrir el exceso de líquido muy acuoso, si lo hubiera, inclinando un poco la tabla.

Echar el tomate rallado en un cuenco, revolver con la sal, el comino, el agraz y el aceite y verter en la salsera.

Dejar reposar un rato para que los aromas se mezclen bien.

CONSEJO: Si no se es amante del comino, se puede sustituir por un poco de ras el-hanut, por un poco de albahaca picada, por un poco de cebollino y perejil picados junto con una guindilla roja seca o fresca. Al gusto de cada cual. Para verduras y pasta van bien el ras el-hanut y la albahaca, para carne el perejil y el cebollino con guindilla. Para pescados … a elegir