SALSA DE MANÍ (Ecuador)

La salsa de maní –cacahuete– es la clásica para acompañar muchos platos de la cocina ecuatoriana y del sur de Colombia. Es muy sabrosa, con un sabor muy extraño para los paladares españoles, pero bien rica.

Es mejor hacerla partiendo de cacahuetes repelados y no de mantequilla industrial, que quién sabe qué grasas tiene añadidas. Se completa con un sofrito de cebolla y ají en aceite o manteca de cerdo perfumado con achiote, en este caso en polvo, es menos complicado, para terminar la salsa con caldo de verduras, ave o leche y bien de cilantro muy picado. Al final se le añaden unos cacahuetes enteros.

En un cazo y en 1 cucharada de aceite o manteca de cerdo sofreír la cebolla junto al ají o guindilla que se quiera poner –según el gusto por el picante de los comensales– hasta que estén un poco mustios. Mientras, reservar unos cuantos cacahuetes enteros y el resto, tanto los fritos como los crudos y triturarlos en un robot o molinillo de especias junto con el comino hasta que se haga una pasta y suelten su grasa. Echar el achiote molido al cazo de la cebolla y añadir la pasta de cacahuete –que es mantequilla de maní natural– junto con el líquido y esperar a que hierva. Vigilar por si espesa mucho –los cacahuetes son legumbres, no frutos secos, y espesan al cocer– para añadir más líquido, sazonar de sal y terminar con el cilantro bien picado.

Se sirve caliente acompañando los yapingachos –tortitas de patata con queso hiladizo dentro– y otros platos.

La salsa de maní es también muy típica de Tailandia, en donde se hace muy parecida y bien sazonada con guindillas del país y sus salsas características.