SALMÓN AHUMADO Y HUEVO ESCALFADO

El salmón ahumado no se suele servir de forma habitual con huevos que no estén cocidos. Sin embargo, está muy rico. Las salsas que pueden acompñar este plato son de lo más diverso. Aquí se ha decidido una vinagreta como acompañamiento. También sería adecuado una salsa de nata agria o de yogur, mantequilla de hierbas o, incluso, un fondo de pescado bien condimentado.

Mezclar el vinagre en un cuenco con la sal y bien de pimienta. Picar el cebollino y el estragón o el eneldo y añadirlos a la mezcla. Terminar con el aceite. Reservar.
Poner una cazuela ancha y de media altura casi llena de agua con ½ cucharada de vinagre por cada litro. Cuando casi haya comenzado a hervir, bajar el fuego y echar los huevos de unos en uno en distintos sitios de la cazuela y en grupos de 3 en 3. Sacarlos con una espumadera cuando suban hacia arriba y esté cuajada la clara pero no duras las yemas. Depositarlos sobre un trapo de cocina, cerca del calor para que se sequen pero no se enfríen demasiado.
Poner en los platos un huevo, cubrir con las lonchas del salmón, espolvorear pimienta del molinillo sobre todo y servir de inmediato, con la salsa.
Unos bliny calentintos que encontrará en el apartado de Masas que encontrará en la carpeta de ESPECIALES, acompañarán inmejorablemente el plato. El pan negro también es una buena opción, y en mi libro MASAS encontrará varios ejemplos de pan que irán muy bien con este salmón.