REQUESÓN REFRITO CON CHILES

 

 

Es un aperitivo delicioso para los amantes del ardor de los chiles. Las caseínas de los lácteos tienden a amortiguar el picor, de modo que se puede ser más generoso de lo habitual con la cantidad de chiles en este refrito para que no resulte soso, está rico picante.  Además es ligero, pues el requesón no tiene casi ninguna grasa, solo trazas.

Si se tiene alergia a los chiles en alguna zona de la piel, es conveniente utilizar guantes. Los guantes son útiles también para evitar que se irriten ojos o labios al tocarlos con los dedos impregnados de chile, aún con las manos ya lavadas. El efecto «abrasador» es muy persistente. Si se es muy sensible en alguna zona de la piel de las manos a las capsaicinas, se reavivará la irritación de la piel al contacto con agua templada o caliente durante días. Yo soy ferviente consumidora de chiles y ajíes, pereo tengo dos dedos, solo dos, de la mano izquierda muy sensibles a esa sustancia y, si no me pongo guantes para limpiar o picar chiles, estoy unos días fastidiada.

Lavar y limpiar los jalapeños, quitándoles las semillas y venas interiores –o dejarlos enteros si se es muy gustoso del picante– y cortarlos en rodajas, lo que en México se dice «rajas». En una sartén grande calentar el aceite y echar la cebolla y los jalapeños, si son frescos.

Sofreír un poco y, antes de que se doren, añadir el requesón y los jalapeños, si son de lata, bien escurridos y en lonchas, rajas. Revolver todo con una espátula hasta que esté bien integrado el requesón con el sofrito de jalapeños. Colocar en una fuente. Dejar enfriar.

Colocar alrededor y por encima unos totopos o nachos y el resto en unos cuencos.

NOTA: Este aperitivo se puede hacer, cómo no, con otros chiles o ajíes, frescos si es posible. Los limos peruanos van muy bien.