PECADO MORTAL CON HUEVO FRITO

Receta de el 4, Jun, 2023

Ingredientes

  • 1 alcachofa o una libreta de ración de pan bueno
  • 1 taza de leche
  • 1 huevo campero o ecológico muy fresco
  • Sal y pimienta --opcional--
  • Aceite de oliva virgen extra para freír

Esto es un pecado mortal en toda regla, no se puede llamar de otra manera. Lo he aprendido a hacer en casa de una gran amiga andaluza que, como tal, sabe freír de maravilla con el mejor aceite del mundo.

Es plato tan sencillo como refinado y delicioso. Muy recomendable, con una ensalada verde para terminar la comida, un plato único de lujo.

 

Decapitar el bollito de pan –puede ser alcachofa, como en este caso, una libreta de ración de pan candeal, siempre un pan bueno, porque malo no sirve, se ablanda y se pone como comida de patos–. En la parte inferior y con un sacabocados o, para ponernos finos, una cuchara de París, que también se llama así, vaciar de miga el interior dejando un agujero, en el que irá el huevo.

Llenarlo a continuación de leche y remojar también la cubierta con leche –es para que luego no absorba demasiado aceite y quede aceitoso y desagradable.

Cuando haya absorbido y se note todo bien húmedo, ponerlo del revés, también la cubierta, para que deje caer el exceso. Calentar una sartén de un diámetro un poco mayor que el del bollo de pan y con aceite de oliva virgen extra suficiente para que el bollito quede cubierto hasta el corte.

Luego rellenar el hueco con un huevo muy, muy fresco –mi amiga pone un picadillo de jamón ibérico de bellota en el fondo, antes que el huevo, pero a mi no me parece imprescindible–. Si el huevo fuera demasiado grande, retirar una parte de la clara, que se guarda en un vasito. Si el huevo no llena todo el hueco, verter la clara reservada dentro.

Cuando el aceite ya esté caliente para fritura, pasar una espumadera o paleta plana bajo el panecillo y llevarlo a la sartén con cuidado, para que no se derrame la clara del huevo. No va a chisporrotear todo lo que se puede imaginar, un poco sí, pero no tanto. Con la espumadera echar aceite de los bordes de la sartén sobre el huevo –que va a hacer algunas puntillas y todo– para que se fría dentro de su pan que, por el contrario, no absorberá el aceite, por la leche.

Sacar el bollo frito a un plato y freír la tapadera por sus dos caras. Luego tapar el huevo frito y servir. Un pecado mortal de altura, al nivel del castigo correspondiente.

NOTA: Se me ocurre que antes del huevo, se puede poner en el hueco del pan un picadillo de morcilla recién frito, crujiente. Eso me gusta más que el jamón. ¿O unos daditos de farinato recién fritos? Esto para los charros.

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