LIMÓN DE MEYER CRISTALIZADO

En un cazo mezclar el azúcar con el agua y acercar al fuego suave. Cuando el azúcar se haya disuelto no volver a remover el almíbar y esperar a que alcance el punto de hebra fuerte –salen del fondo del cazo unas burbujas gordas y regulares, equivalente a 110º-112º C.
Echar entonces las tiritas de piel de limón de Meyer y esperar a que vuelva el hervor. La piel añadirá de nuevo líquido al almíbar, así que hay que dejar en ebullición hasta que vuelva la misma temperatura indicada o las burbujas gordas y regulares.
En este momento hay que comenzar a remover con un tenedor –un tenedor mejor que una espátula o unas varillas, que son muy endebles– el almíbar con energía, al tiempo que se quita y se pone el cazo sobre el fuego. En unos minutos y a consecuencia del movimiento del tenedor, el azúcar cristalizará, envolviendo y cristalizando las tiritas de piel de limón, ya cocidas en el azúcar. Pasar todo a una silicona o una bandeja metálica o de cristal y extenderlo para que se enfríe. Cuando la temperatura baje lo suficiente, separar las tiras de piel del azúcar
El proceso es muy semejante al que se utiliza para el jengibre cristalizado de esta misma sección de la página.
NOTA: Sirve para añadir a postres, bombones, bizcochos, helados. El azúcar se puede utilizar para añadir al te, hacer refrescos, forrar las trufas de chocolate blanco o espolvorear sobre helados.