JENGIBRE CONFITADO

Ingredientes

  • 250 g de azúcar
  • Agua
  • 50-70 g de jengibre fresco
  • 1 termómetro de almíbares (opcional)

Añadir agua suficiente al azúcar, que estará en un cazo, para humedecerla bien. Acercar al fuego mediano hasta que rompa el hervor.
Mientras, pelar el jengibre y cortarlo en lonchas como de 1-2 mm.

 


Al cabo de un rato de cocción, del fondo del cazo del almíbar surgirán pompas gruesas de aire, lo que quiere decir que el almíbar ha llegado ya al punto de hebra fuerte.

Comprobarlo con un termómetro, que deberá marcar 116º C.
No es imprescindible, sí aconsejable. También se puede comprobar introduciendo un tenedor en el almíbar –como se ve en la imagen superior– y dejando caer la última gotita de almíbar, después de soplarla un poco, sobre la yema del dedo índice. Juntar el índice con el pulgar y, se de la gota de almíbar surge al separar los dedos una hebra larga y resistente, el almíbar está en su punto.


Echar el jengibre en el almíbar y dejar que hierva por lo menos 6-7 minutos. Soltará líquido que baja el punto de densidad del almíbar, y hay que subirlo de nuevo.
Cuando el almíbar espese otra vez y vuelva a hacer grandes pompas, comenzar a batir con un tenedor en círculos rápidos, alejando el cazo del fuego y acercándolo de nuevo, hasta que llegue a su punto y comience a blanquear.

De pronto, si se ha batido el almíbar bien todo el tiempo, se convierte de nuevo en azúcar, cristaliza, y de paso ha confitado las lonchas de jengibre.

Dejar enfriar un poco, pues abrasa, pero sacar las lonchas confitadas de jengibre del cazo, por un lado, y el azúcar por el otro, antes de que se enfríe del todo.

El jengibre confitado de esta forma es también una golosina muy rica y apetecible. Se puede confitar en lonchas más grandes para poder tener como bombones. Los asiáticos consideran al jengibre confitado un buen digestivo.

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