HELADO DE ROSAS

Helado de rosas con pistachos y merengue de rosas

Calentar en un cazo 175 ml de nata con las flores secas a fuego bajo, para dejarlas hervir muy suave durante 5 minutos. Dejar reposar otros 15 minutos y pasar la nata por un colador de paso muy fino. Habrá adquirido un color ligeramente rosa, pero si se quiere darle un tono más vivo, añadir con la punta de un palillo un poco de colorante alimentario. Mezclar entonces con el resto de la nata, que estará fría y dejar enfriar tapado en el frigorífico durante unas horas.

Mientras se enfría la nata, introducir en el congelador las varillas de la batidora y un frasco con tapa con el azúcar. Ayudará al batido de la nata. También introducir en el congelador el recipiente en el que se pondrá a congelar el helado.

Montar la nata con las explicaciones del enlace,

 

con el azúcar que se desee –hace falta muy poca– y hasta que tenga una textura muy espesa y ligera, espumosa.

Verter sin espera la nata de rosas ya batida en el recipiente que está en el congelador, alisarla bien, cubrir y devolver de nuevo al congelador para que se haga el helado. Necesitará varias horas para adquirir consistencia de helado y se conserva muy bien una o dos semanas.

Se puede servir con pistachos crudos repelados, con pralin de almendra, con unas tejas de almendra o con cualquier otro dulce que apetezca, como unos pétalos de rosa confitados y hasta un chutney un poco picante de mango o albaricoque..

CONSEJO: 3/4 de hora antes de servir el helado pasar el envase en el que esté del congelador al frigorífico y, transcurridos 30 minutos, sacarlo fuera, a temperatura ambiente.

NOTA: Para un helado de un perfume tan sutil como este no creo que la base se deba hacer con las natillas de un helado  mantecado español de yemas con leche y nata con azúcar. Las yemas inundarán con sus aromas excelentes, que envuelven todo el helado y será necesario añadir mucha agua de rosas, más agobiante que el de las flores naturales, para que resalte su perfume.