GLASEADO DE ALBARICOQUE

Pasar la mermelada a través de un colador fino y sobre un cazo, de cobre mejor, o de acero. Reservar los restos que queden en el colador, servirán para el relleno de uno de los bizcochos.
Añadir al cazo en donde está la mermelada pasada el azúcar, 1 cucharada de agua y el zumo de limón.
Acercar a fuego suave y remover hasta que rompa el hervor y se haya disuelto el azúcar. Dejar hervir suave unos 3-4 minutos o hasta que se formen pompas grandes y muy juntas –como se ve en la imagen.

Si estuviera demasiado espesa, añadir la otra cucharada de agua y dar un hervor.
Dejar templar y utilizar cuando aún no se haya enfriado, porque se habrá cuajado. Esto tiene arreglo, siempre se puede calentar de nuevo sobre fuego suave.

El glaseado de albaricoque sirve para cubrir, una vez desmoldados y embebidos en su almíbar, el baba o el postre de calamondín, que se puede preparar con cualquier otro cítrico o sin ninguno. También se utiliza en la confección de la tarta Sacher y en otros postres.

Es el mejor relleno, mejor que de ninguna otra fruta, para las dos piezas de pastas de té dobles, que suelen tener la parte superior con un orificio por donde se ve el glaseado.

También para cubrir el exterior de los bizcochos para tartas que se quieran impermeabilizados, como los dos de la Sacher Torte austriaca o cualquier otro bizcocho, sobre todo los pani di Spagna, uno y el otro, que son muy airosos y pueden empapar cualquier cobertura. Las sobras recogidas en el colador, junto a un poco del glaseado o de más mermelada, sirven para rellenar y pegar un bizcocho con otro.

Dos capas de bizcocho rellenas con los restos de la mermelada pasada y glaseados con este preparado, antes de su cubierta con fondant, mazapán, mazapán de pistacho, pasta de azúcar y cualquier otro preparado.