FILETE RUSO DE ATÚN

Para este preparado se puede utilizar el atún —Thunnus thynnus— que se expende congelado en los buenos establecimientos a un precio muy razonable, u otras partes del atún fresco, las más económicas, como cogote o cola, que son muy sabrosas. También se puede hacer con bonito —Thunnus alalunga–, otro de los pescados azules del verano. Por no hablar de otros parientes cercanos aún más baratos y muy convenientes para picar y cocinar, como la albacora —Sarda sarda— o la melva —Auxis rochei–.

Picar el atún –o el pescado que se haya elegido– con el cuchillo en dados pequeños y batir el huevo mientras se remoja el pan en un poco de agua hasta que la absorba.
Amasar el pescado con sal, pimienta, la mostaza, el pan escurrido y desmenuzado, la mitad escasa del huevo batido (reservar el resto), el ajo y el perejil. Cuando esté bien consistente tras el amasado, dividir la pasta en 6 bolas iguales. Aplastarlas un poco, dándoles forma de filetes rusos gorditos, pasarlos por huevo y pan rallado. Reservar.
Calentar una sartén con 1/2 cm de aceite en el fondo y freír los filetes rusos por las dos caras hasta que estén dorados pero jugosos en el interior.
Servir con la mayonesa batida con los otros ingredientes que le siguen en la lista, que la convierten en una especie de salsa remoulade, que va genial con los pescados.
Acompañar con unos tomates en gajos ligeramente salados y regados con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y, si se desea, un poco de arroz blanco.