BIZCOCHO DE NATA Y CLARAS DE HUEVO

Ingredientes

  • 3 claras de huevo campero o ecológico
  • 200 ml de nata para montar -35 % MG-
  • 3 cucharadas de leche entera
  • 2 cucharadas de zumo de limón
  • Ralladura de 1/2 limón
  • 200 g de harina floja
  • 200 g de azúcar blanca
  • 4 g de polvos de hornear
  • 2 g de bicarbonato sódico
  • 60 g de aceite -de oliva virtgen extra o de girasol- o 75 g de mantequilla

Cuando sobran claras porque se han utilizado yemas para hacer una salsa holandesa, una sopa o un dulce, es siempre mucho mejor aprovechar las claras en lugar de tirarlas. Hay bastantes bizcochos muy buenos elaborados solo con claras de huevo, pero este, que preparo desde hace muchos años es estupendo, rápido de hacer y delicioso, ideal para desayunos y meriendas, para untar, vamos, en el café o el chocolate. Se puede hornear en un molde de tubo de este tipo de la imagen -20 cm de diámetro en la boca- o en otros moldes de la forma que se quiera. Siempre queda bien.

Este modo de hacer bizcochos, batiendo los sólidos por un lado y los líquidos por otro -siempre con polvos de hornear en estos casos, claro- lo aprendí al traducir el libro «La biblia de los pasteles» o de las tartas, porque cake en inglés tiene una acepción mucho más amplia que pastel o tarta en castellano, de Rose L. Beranbaum. En realidad aprendí de ella a formular mis propios bizcochos, lo más divertido que se pueda imaginar nadie. Es estupendo.

 

Encender el horno a 175º C y engrasar el molde elegido con aceite o mantequilla, según la grasa que se quiera utilizar. Añadir un poco de harina y enharinar el interior del molde. Echar el exceso de harina del molde en el lebrillo en el que se vaya a preparar el batido, puesto ya en la balanza. Si se va a utilizar mantequilla, ablandarla en el microondas ¡sin que se fría! y dejarla en espera.

Batir las claras en un cuenco con la nata, la leche, la ralladura de limón y el zumo. Dejar en espera.

En el lebrillo o cuenco en el que ya está la harina que sobró de enharinar el molde, añadir harina hasta completar los 200 g, pesar la misma cantidad de azúcar y batir durante unos minutos con los polvos de hornear y el bicarbonato. Batir el aceite o la mantequilla ya integrados en los líquidos que están en el lebrillo y añadir todo al de los sólidos, para batirlos hasta que estén muy bien mezclados y darles unos cuantos golpes más de batidor.

Verter la masa sin espera en el molde preparado y cocer en el horno durante unos 35-40 minutos o hasta que esté bien subido, dorado, no manche un palillo hundido en la masa, pero antes de que se separe de las paredes del molde.

Sacar del horno, dejar reposar unos 10 minutos a temperatura ambiente y desmoldar en una rejilla antes de pasar al plato de servicio. Adornar, si se quiere, con azúcar molida.

 

NOTA:

Se puede cambiar el aroma de la piel de limón por vainilla líquida de buena calidad, piel de naranja u otros aromas del gusto de cada cual. La piel de limón va muy bien con el aceite y la mantequilla con la vainilla.

También se pueden sustituir las 3 claras por 2 huevos enteros, si no se tienen claras. En este caso, disminuir la cantidad de aceite a 50 g y aumentar la leche en 1 cucharada y 1/2.

Un truco para ahorrar energía es meter la mantequilla -si es la grasa a utilizar- en el horno cuando se enciende dentro de una flanera o recipiente metálico pequeño ¡y no olvidar sacarla en cuanto esté casi fundida, no del todo, para que no se fría!

Estas masas que llevan polvos de hornear pueden esperar unas horas en el frigorífico, siempre que se encuentren ya en su molde de cocción y no haya que moverlas, sólo introducirlas en el horno ya caliente.

Allá donde tengan la suerte de disponer de la nata que se recoge de la leche fresca en un tazón, se podrá hacer este bizcocho con esa delicia.

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