ALBÓNDIGAS DE CARNE CON PASTA Y TOMATE

Sofreír en el aceite la cebolla y el ajo. Añadir el tomate y dejar que se haga una buena salsa con pimienta, un poco de sal y, si se quiere, guindilla. Añadir agua si se queda muy seca.
Mientras se hace la salsa, preparar las albóndigas amasando la carne con las patatas ya convertidas en puré y las salsas y especias molidas, según gustos.
Formar albondiguillas no demasiado pequeñas pero bien redondas.
Calentar el aceite. Mientras, poner la salsa de tomate en una cazuela un poco amplia que luego pueda ir a la mesa, añadir 1/2 l de agua y calentarla. Probar de sal y sazón y rectificar.
Freír las albóndigas hasta que estén doradas pero no demasiado secas en el interior.
A mitad de la fritura, echar la pasta en la salsa de tomate –a la que habrá que añadir más agua si se queda seca y la pasta aún está cruda– y dejar cocer lo necesario –3 min. si los fideos son de arroz, más si son de trigo, o spaghetti y en cualquier caso, lo que indique el fabricante en el envase– y dejarla cocer hasta que estén en su punto.
Mientras se hace, terminar de freír las albóndigas.
Servir las albóndigas sobre la salsa, adornadas –si se quiere, yo no tenía ese día– con unas hojas de cilantro fresco y salsa de soja y otra salsa de guindilla bien picante para que cada uno se añada si le apetece.

Si alguien pensó que estas eran las albóndigas con pasta a la italiana de toda la vida se llevó una sorpresa. Son del sudeste asiático, pero tan deliciosas como las italianas.