FRITOS DE PAN Y QUESO MANCHEGO (Castilla – la Mancha)
Ingredientes
- 100 g de pan blanco sin corteza
- 50-70 ml. de leche entera
- 75-90 g de queso manchego curado y rallado
- 2 huevos camperos o ecológicos
- 1 y 1/2 cucharadas de agua de azahar
- 1 cucharadita con copo de canela en polvo
- Sal, pimienta
- 1 cucharadita rasa de polvos de gaseosas, como la mitad de los dos sobres
- Aceite para freír
Son estos fritos clásicos de la cocina de Castilla-la Mancha ejemplo perfecto de esa cocina pobre de nuestra tierra que, con el pan de ayer, un par de huevos de las gallinas que corretean por el patio y con un trozo de queso hacía maravillas. Estos buñuelos se aromatizan, además, muy bien. No hay que encontrar extraño el perfume del agua de azahar ni de la canela ni recortar sus cantidades, pues desaparecerían ante la potencia del queso. Dentro de su sencillez, hacen de este aperitivo algo exquisito y hasta exótico, hoy casi desaparecido, por desgracia. Son de la misma familia que los repápalos de la vecina Extremadura o pellas castellanomanchegas, que se encuentran en el enlace del potaje, aunque estos se amasan más líquidos, sin queso y, después de fritos se cocinan en un caldo de sopa o potaje o en leche caliente. También lo son de los rellenos dulces, cocidos en almíbar de miel o azúcar
Acompañados de unas almendras fritas y saladas, si se quiere alguna aceituna y otros caprichos del campo del otoño tan modestos como lo son estos fritos, están realmente muy buenos.
Retirar al pan casi toda la corteza, sobre todo si está muy tostada, y triturar la miga en un robot de cocina o con mucha paciencia con un rallador, que es como se haría hace unos cuantos decenios. Poner los primeros 75 g de la miga en un cuenco.
Calentar la leche y echarla sobre la miga de pan desmenuzada. Dejar que se esponje y la absorba.
Añadir al cuenco el agua de azahar, y los huevos. Mezclar hasta hacer una pasta espesa y bastante lisa. Si estuviera demasiado líquida, es posible, echar un poco más de miga de pan y esperar a que esponje.
Añadir el queso, la canela, y sal y pimienta al gusto, pero sin olvidar que el queso añadirá sal una vez que se funda dentro de la masa en la fritura. Por último añadir los polvos de gaseosa. Mezclar muy bien hasta que esté liso.
Calentar aceite de fritura en un cazo o sartén pequeña y honda y dejar caer en el aceite bien caliente bolitas del tamaño de una nuez pequeña formadas con dos cucharas.
Los buñuelos se darán la vuelta solos en el aceite, como los de viento, cuando hay suficiente para que puedan hacerlo. Quedarán casi como las bugallas tan comunes en los robledales, por tamaño y forma.
CONSEJO: Los polvos de gaseosas, clásicos en la repostería de Castilla-la Mancha y que en algunas marcas se llaman «litines», cuando sus sales contienen litio, se pueden sustituir muy bien por un poco de bicarbonato sódico, el de toda la vida para los ardores digestivos, y zumo de limón. La proporción para estas cantidades es de como 1 cucharadita rasa de café de bicarbonato –que se añade al pan con los demás ingredientes– y 1 y 1/2 cucharaditas de zumo de limón –a añadir al final, justo antes de comenzar la fritura–.
Rosa Tovar on ASADILLO MANCHEGO DE PIMIENTOS
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